http://www.elpais.com/articulo/inter...lpepuint_9/Tes
Mercedes es una amiga de León, ese tipo de amiga que solo regresa a casa de vez en cuando pero que al hacerlo rápidamente entre los colegas nos llamamos por ejemplo "oye, que ya vino Mercedes". La última vez que la vi fue este verano. Había estado en Darfur currando, y seguro que tendría miles de anécdotas que contar, pero Mercedes no hace leña de árboles caídos, muy al contrario, se interesa por tí, cómo lo llevas y esas cosas. Prefiere que la vayamos a ver a su casa de Cuadros, le gusta que estés allí en su terreno y te recibe como si vuelves del cole a por la merienda. Desde el momento que vuelve de sus viajes necesita un tiempo de adaptación y pasa de engancharse al rollo del comadreo y compadreo, los bares y las risas baratas y las discusiones politimierdas arengadas por la siguiente ronda. Pero ni siquiera te dirá eso, dejará que te explayes mientras te taladra a través de una imperceptible apertura en sus mullidos párpados que dejan percibir un rayo de benevolencia matriarcal. Mercedes jamás ningunea a la gente.
Esta última vez ni siquiera lo consiguió, esto de adaptarse a la vida cazurra, pasar de convivir a diario con las pequeñas decisiones cotidianas de "si quiero pan, si quiero tortas" pero que envuelven vida y muerte, a tratar con la banalidad urbana no es sencillo. Mercedes empieza a sentirse inútil, de más, se le pone la cara un poco más tensa y ya sabes que está a punto de irse otra vez. Y en esta ocasión tocó Somalia.
Desde ayer estamos todos hechos polvo, agobiados por esa impotencia de no saber qué hacer, nerviosos y llamándonos cada poco para no decirnos nada porque sólo sabemos lo que van poniendo por la prensa. Si nosotros estamos así ¿y su familia? Su madre es una mujer muy mayor, que vive en un asilo de León, ¿qué estará pasando por la cabeza de esta pobre mujer?
¿Qué estará pensando Mercedes ahora mismo? Probablemente estará atada en un escondrijo sin saber muy bien lo que está pasando, pero de lo que si estoy seguro es que está manteniendo el temple, porque estamos hablando de una "hembra alfa", una mujer que no se amedrenta ante las adversidades, ni siquiera si estas incluyen la muerte como resultado posible, muerte que conoce como tú puedes conocer, digamos, la marcha que hay en tu barrio. Sabe lo que se cuece donde trabaja, y sabe a lo que se arriesga y con quién esta de trato. De eso estoy seguro y me ayuda a pensar que ella misma mantiene el palmito y no se va a hundir, así como que va a ser liberada hoy mismo.
Las pruebas de su valía como persona ya nos las ha demostrado muchas veces, no hace falta que la secuestre nadie para que la tengamos en un púlpito. Cuando en su ausencia alguien la recuerda, siempre es con veneración, jamás ninguno ha tenido un desencuentro con ella, porque es imposible discutir con alguien cuya mirada habla de sólida experiencia, que te hace sentir protegido por un montón de sabiduría a tu servicio.
Yo esto de las jipiadas de mandar energías, o eso de rezar que tampoco sé muy bien como se hace, no sé, pero en estos momentos todo vale. Intento pensar que en cuanto os envíe este mensaje, regresaré al teléfono o al internet y dirán que "la liberación de las cooperantes ha concluido con éxito y ya están en camino a casa"
La última vez que fui a León llegué dos días después de que se fuera a Somalia. Mira que me jodió no verla, le traía un mensaje de una persona muy cercana y se fue sin saberlo. Crei que no podría decírselo antes del próximo verano, pero mira que igual regresa antes, ojalá regrese sana y salva a España hoy mismo.
Mercedes es una amiga de León, ese tipo de amiga que solo regresa a casa de vez en cuando pero que al hacerlo rápidamente entre los colegas nos llamamos por ejemplo "oye, que ya vino Mercedes". La última vez que la vi fue este verano. Había estado en Darfur currando, y seguro que tendría miles de anécdotas que contar, pero Mercedes no hace leña de árboles caídos, muy al contrario, se interesa por tí, cómo lo llevas y esas cosas. Prefiere que la vayamos a ver a su casa de Cuadros, le gusta que estés allí en su terreno y te recibe como si vuelves del cole a por la merienda. Desde el momento que vuelve de sus viajes necesita un tiempo de adaptación y pasa de engancharse al rollo del comadreo y compadreo, los bares y las risas baratas y las discusiones politimierdas arengadas por la siguiente ronda. Pero ni siquiera te dirá eso, dejará que te explayes mientras te taladra a través de una imperceptible apertura en sus mullidos párpados que dejan percibir un rayo de benevolencia matriarcal. Mercedes jamás ningunea a la gente.
Esta última vez ni siquiera lo consiguió, esto de adaptarse a la vida cazurra, pasar de convivir a diario con las pequeñas decisiones cotidianas de "si quiero pan, si quiero tortas" pero que envuelven vida y muerte, a tratar con la banalidad urbana no es sencillo. Mercedes empieza a sentirse inútil, de más, se le pone la cara un poco más tensa y ya sabes que está a punto de irse otra vez. Y en esta ocasión tocó Somalia.
Desde ayer estamos todos hechos polvo, agobiados por esa impotencia de no saber qué hacer, nerviosos y llamándonos cada poco para no decirnos nada porque sólo sabemos lo que van poniendo por la prensa. Si nosotros estamos así ¿y su familia? Su madre es una mujer muy mayor, que vive en un asilo de León, ¿qué estará pasando por la cabeza de esta pobre mujer?
¿Qué estará pensando Mercedes ahora mismo? Probablemente estará atada en un escondrijo sin saber muy bien lo que está pasando, pero de lo que si estoy seguro es que está manteniendo el temple, porque estamos hablando de una "hembra alfa", una mujer que no se amedrenta ante las adversidades, ni siquiera si estas incluyen la muerte como resultado posible, muerte que conoce como tú puedes conocer, digamos, la marcha que hay en tu barrio. Sabe lo que se cuece donde trabaja, y sabe a lo que se arriesga y con quién esta de trato. De eso estoy seguro y me ayuda a pensar que ella misma mantiene el palmito y no se va a hundir, así como que va a ser liberada hoy mismo.
Las pruebas de su valía como persona ya nos las ha demostrado muchas veces, no hace falta que la secuestre nadie para que la tengamos en un púlpito. Cuando en su ausencia alguien la recuerda, siempre es con veneración, jamás ninguno ha tenido un desencuentro con ella, porque es imposible discutir con alguien cuya mirada habla de sólida experiencia, que te hace sentir protegido por un montón de sabiduría a tu servicio.
Yo esto de las jipiadas de mandar energías, o eso de rezar que tampoco sé muy bien como se hace, no sé, pero en estos momentos todo vale. Intento pensar que en cuanto os envíe este mensaje, regresaré al teléfono o al internet y dirán que "la liberación de las cooperantes ha concluido con éxito y ya están en camino a casa"
La última vez que fui a León llegué dos días después de que se fuera a Somalia. Mira que me jodió no verla, le traía un mensaje de una persona muy cercana y se fue sin saberlo. Crei que no podría decírselo antes del próximo verano, pero mira que igual regresa antes, ojalá regrese sana y salva a España hoy mismo.
Comentario