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Cannabis, Transtorno de Ansiedad Social y Trastorno de la Personalidad por Evitación

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    Cannabis, Transtorno de Ansiedad Social y Trastorno de la Personalidad por Evitación

    Cannabis, Transtorno de Ansiedad Social y Trastorno de la Personalidad por Evitación

    publicado por Seshata
    Se sabe desde hace mucho tiempo que el cannabis esta fuertemente vinculado a una serie de enfermedades relacionadas entre si, entre las que se incluye la agorafobia, el trastorno de ansiedad social y el trastorno de la personalidad por evitación. Se ha demostrado que los que sufren estos problemas tienen más probabilidades que la población general de desarrollar una dependencia del cannabis, así como del tabaco o del alcohol. Al igual que ocurre con muchas enfermedades psicológicas y neurológicas, puede ser difícil determinar la relación exacta existente; ¿experimenta el paciente los síntomas debido al consumo de cannabis?, ¿o consume cannabis debido a su enfermedad?
    Similitudes entre el TAS, TPE y otros trastornos relacionados

    El trastorno de ansiedad social (TAS, menos comúnmente conocido como fobia social) es un trastorno psicológico del espectro de los trastornos de ansiedad, que se caracteriza por el miedo a situaciones sociales que pueden causar impedimentos en la vida cotidiana. En su forma más grave, este trastorno hace que los enfermos no puedan trabajar o llevar a cabo actividades diarias. Con mayor frecuencia, los pacientes son capaces de desenvolverse hasta cierto punto en la interacción social, pero tienen muchas más probabilidades que el resto de la población de ?automedicarse? en exceso con drogas o alcohol para reducir sus inhibiciones y tensión social.
    El trastorno de la personalidad por evitación (TPE) es considerado por algunos dentro de la comunidad médica como otro término para describir el TAS en su forma más extrema, ya que los dos trastornos están muy estrechamente relacionados entre sí. Sin embargo, otros consideran que el TPE se caracteriza por el miedo a establecer relaciones interpersonales cercanas, mientras que el TAS está más estrechamente relacionada con el temor a actuar en situaciones sociales. Pocos enfermos de TAS coinciden con los criterios del Manual Diagnostico y Estadístico de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-III-R) para los pacientes que sufren TPE, mientras que muchas enfermos de TPE presentan síntomas de TAS.
    Además, el hecho de que un número pequeño pero significativo de los pacientes sean diagnosticados con TEP y no con TAS refuerza el argumento de que los dos trastornos son independientes, pero están estrechamente relacionados.
    La agorafobia es otro problema similar, en el cual los enfermos sienten poco o ningún control en entornos desconocidos; los desencadenantes más comunes son las multitudes, los viajes, y los espacios abiertos. Para muchos, la agorafobia no es una fobia social; sin embargo, otros opinan que sus síntomas se ven agravados por un miedo extremo a la vergüenza social. Las personas de este último grupo son a menudo conocidas como agorafóbicos sociales. El consumo de cannabis se ha relacionado con la agorafobia y el trastorno de ansiedad, y muchos pacientes dan testimonio de un aumento en las tendencias agorafóbicas después de comenzar a consumir cannabis.
    El trastorno de pánico (TP) también puede estar estrechamente relacionado con el TAS y el TPE ya que también los agorafóbicos pueden o no presentar síntomas de TP. Aunque existe una alta comorbilidad (presencia de uno o más trastornos además de un trastorno primario) con trastornos de ansiedad y agorafobia, la relación con el consumo de cannabis puede ser algo diferente. En un estudio, muchos enfermos de TP informaron de la aparición inicial de los síntomas dentro de las primeras 48 horas de consumo de cannabis, y hasta un 40% de los usuarios habituales de cannabis informaron al menos de un ataque de pánico después de comenzar a consumir la droga.
    La relación entre la dependencia del cannabis y los trastornos de ansiedad

    Un estudio de 2008 encontró que en un grupo de muestra de enfermos de TAS, los individuos eran 6,5 veces más propensos a ser dependientes del cannabis que la población en general, además de sufrir un riesgo 4,5 veces mayor de alcoholismo. Otro estudio, realizado en Francia, determinó que el 29% de un grupo de muestra compuesto por 90 consumidores de cannabis altamente dependientes sufre de TAS, el 16% sufre de trastorno de pánico con o sin agorafobia, y el 9% padece de agorafobia sin trastorno de pánico.
    En general, está claro que a largo plazo los usuarios de cannabis muestran una tasa mucho más alta de TAS que la población general. Se cree que el trastorno de ansiedad social es el tercer trastorno psicológico más común después de la depresión y el abuso de sustancias, con un índice de prevalencia que actualmente está entre el 1-4% de la población de los EE.UU.. Sin embargo, otras fuentes situan este índice de prevalencia en un 7.1-7.9%, con una tasa que de por vida puede llegar hasta el 13%. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima la tasa general de prevalencia de por vida en el 7% .
    Las variaciones regionales en las tasas de trastornos de ansiedad

    Si bien es difícil determinar las cifras exactas debido a los diversos procedimientos de diagnóstico, está claro que hay mucha diferencia entre regiones en cuanto a la tasa de prevalencia: hasta el 52,7% en Udmurtia (una república federal de Rusia), y tan bajo como el 0,4% en Taiwán. La cifra extraordinariamente baja en muchos países de Asia oriental puede ser debida a la dificultad que supone establecer criterios interculturales para la enfermedad: otras pruebas han demostrado que en los países de América Latina tienen las tasas más bajas de prevalencia para el TAS, y que en los países del Este de Asia tienen las más altas.
    El trastorno de la personalidad por evitación es menos común, con una tasa de prevalencia de por vida estimado en 0.5-1.3% de la población de los EE.UU.; la agorafobia afecta aproximadamente al 1,7%. Hay menos diferencia por regiones en estas enfermedades que en el TAS, aunque alguna variación todavía existe: en Noruega tienen tasas particularmente elevadas de TPE (alrededor del 5%), y por otro lado, la agorafobia varía desde un mínimo de 0% de incidencia en el área metropolitana de China hasta el 4,8% en el sur de África.
    Los enfermos tratan de ?automedicarse? para controlar sus síntomas

    El hecho de que estas diferencias regionales no se corresponden bien con la diferencia en los índices de consumo de cannabis supone que estas enfermedades no se producen como consecuencia del consumo de cannabis, sino que los enfermos, dondequiera que se encuentren, son más propensos a buscar cannabis (o cualquier otra sustancia psicoactiva que esté disponible localmente) para aliviar sus síntomas.
    Esta polémica se ve muy reforzada por los recientes hallazgos que demuestran que el cannabidiol (CBD) causa una reducción en el miedo social y la ansiedad que sienten los enfermos de TAS; sin embargo, esto no excluye la posibilidad de que el THC, conocido por ser muy psicoactivo, desempeñe algún papel en la la aparición de los propios síntomas.
    Cuando una persona sufre de un episodio agudo de ansiedad, el cerebro experimenta un aumento del flujo sanguíneo a través de la sustancia gris periacueductal del cerebro, que es la responsable de la conducta defensiva, como por ejemplo la repuesta de ?lucha o huida?. Al mismo tiempo se experimenta una reducción en la corteza prefrontal, que es la responsable de la función ejecutiva, como por ejemplo la toma racional de decisiones.
    ¿Cómo puede el CDB reducir los síntomas de pánico y ansiedad?

    En otro estudio, en el que se medicó con CBD a individuos que sufren TAS, se descubrió que estos experimentan un mayor flujo sanguíneo en el córtex del cíngulo posterior derecho, que puede jugar un papel importante en la interpretación de las reacciones de los demás. Simultáneamente, los pacientes experimentaron una disminución del flujo sanguineo hacia el hipocampo y la circunvolución del hipocampo, clave para la formación y recuperación de recuerdos, así como hacia la circunvolución temporal inferior, la cual se cree que interviene en la percepción facial.
    Otra investigación independiente a la anterior ha demostrado también que el CDB actúa como ansiolítico, o como una droga que reduce la ansiedad, la cual modula los comportamientos defensivos provocados por estímulos amenazantes cuando se inyecta directamente en la sustancia gris periacueductal (SGP) en ratas. También puede decirse que el efecto del CBD en la SGP es tanto anti-aversivo, es decir que reduce la aversión a situaciones de estrés, como panicolítico o reductor del pánico.
    La SGP contiene los receptores CB1; sin embargo, aunque no se cree que el CBD actúe sobre el receptor CB1, si se cree que su efecto es indirecto. Parece que el CDB inhibe la absorción de la anandamida en la SGP; la anandamida es un receptor agonista de CB1, y las sustancias que limitan su absorción han demostrado que es un ansiolítico.
    Se cree que las áreas del cerebro afectadas por trastornos de ansiedad, que incluyen la corteza prefrontal, la amígdala, el hipocampo, el hipotálamo, y la SGP, trabajan juntas para controlar la respuesta del individuo a estímulos estresantes. El hecho de que todas estas regiones contienen receptores CB1 supone que hay una relación. Sin embargo, mientras que la anandamida y otros agonistas directos del receptor CB1 pueden tener efectos ansiolíticos en dosis pequeñas, a menudo provoca ansiedad en dosis más grandes. Los inhibidores de estos agonistas, por otra parte, no aumentan la ansiedad incluso cuando se administran en grandes dosis.
    Aún no está claro exáctamente que procesos están involucrados, y seguirá sin estarlo hasta que se investigue más. Sin embargo, la inhibición de la recuperación de la memoria puede ayudar en la represión de los recuerdos desagradables de la vergüenza social previa, mientras que una mayor capacidad para medir las reacciones pueden incrementar la confianza y ayudar en la interacción social.
    La tendencia a depender tanto del cannabis, es problemática. Si bien muchas variedades contienen cantidades significativas de CBD, se ha demostrado en repetidas ocasiones que el efecto del THC en grandes dosis induce a la ansiedad y al pánico. Es poco probable que los pacientes de los trastornos de ansiedad y pánico tengan una fuente constante de cannabis que contenga la proporción correcta de cannabinoides, entre ellos altos niveles de CBD y un nivel de THC lo suficientemente bajo como para ser ansiolítico.
    Sin embargo, los criadores están empezando a proporcionar variedades, tales como la Avidekel desarrollada en Israel, que contiene un 16% de CBD y menos del 1% de THC. Si los que sufren trastornos de pánico y ansiedad, como TAS, TPE y TP pueden tener acceso con seguridad a variedades de cannabis como la anteriormente mencionada, el potencial de exacerbación de los síntomas debido al uso de variedades con alto contenido en THC puede ser limitado, y el recurso de otras terapias puede ser relegado.
    fuente:http://es.sensiseeds.com/cannabis-tr...por-evitacion/
    Cannabis for peace,
    Hemp for future.sigpic
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