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Producir semillas feminizadas

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    Producir semillas feminizadas

    Producir semillas de cannabis feminizadas
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    Desde hace un tiempo, los cultivadores de cannabis han encontrado en los catálogos de algunos bancos de semillas variedades que se presentan como semillas feminizadas o semillas cien por cien hembras. La teoría detrás de estas semillas hace tiempo que se conoce, Mel Frank la explicó en los años setenta, pero hasta ahora no se habían producido de forma comercial.


    Lo primero que necesitamos para hacer semillas hembras es una hembra pura. Aunque parezca sencillo, encontrar la hembra es la parte más difícil del trabajo. El sexo del cannabis es una materia complicada. Si fuera como el de los animales resultaría mucho más fácil porque sólo habría machos y hembras. El problema con el cannabis es que la mayoría de las plantas tiene la capacidad de cambiar de sexo, al menos parcialmente, y volverse hermafrodita en condiciones especiales.

    ¿Por qué sucede esto? En realidad, las plantas hermafroditas están más evolucionadas que aquellas que no lo son porque mientras que las plantas no hermafroditas necesitan de otra planta del sexo contrario para poder reproducirse, las hermafroditas son autosuficientes. De hecho, la mayor parte de las plantas con flores son hermafroditas. El cannabis tiende al hermafroditismo porque esto le facilita la reproducción que es el objetivo de todo ser vivo.

    Selección de una hembra pura

    Para seleccionar una hembra pura necesitamos partir de muchas semillas puesto que sólo una de entre muchas será hembra pura. Se siembran las plantas y se las somete a condiciones estresantes para forzarlas a mostrar su hermafroditismo. Una de las mejores técnicas para estresar las plantas es alterar el fotoperiodo. Podemos tenerlas tres semanas a dieciocho horas, luego tres semanas a doce horas, después cinco días con veinticuatro horas diarias de luz, más tarde dos días a oscuras y así sucesivamente. Durante un tiempo largo iremos descartando todos los machos y todas las plantas hermafroditas. Es importante alimentar bien a las marías mientras las estresamos ya que necesitan muchos nutrientes para soportar los cambios. Hay que prestar especial atención a los microelementos y al magnesio, que se consumen en grandes cantidades.

    La gran mayoría de las plantas mostrarán flores de ambos sexos cuando se estresen. Todas estas plantas serán eliminadas puesto que si tienen algún gen masculino, las semillas que hiciéramos no serían cien por cien hembras. Se pueden tardar muchos meses o incluso años en dar con una planta hembra pura. No merece la pena complicarse con muchas especies, lo mejor es trabajar sólo con una. ¿Pero con cual?

    Algunos cultivadores muy experimentados con los que he conversado me han contado que las variedades índicas tienen una mayor proporción de hembras puras que las variedades sativa. Desde luego, con una thai o una colombiana, más vale ni intentarlo. En estas razas, es mucho más difícil encontrar una hembra pura ya que tienden con mucha frecuencia al hermafroditismo. En mi opinión, una variedad índica más o menos estable como la Afgani #1, la Northern Lights #5 o la White Rhino pueden ser buenas candidatas.

    La teoría del cruce hembra

    Si después de meses de estrés localizamos una hembra que no saca flores macho hagamos lo que hagamos, ya tenemos nuestra hembra pura. Y ahora viene lo bueno. Si nuestra hembra pura tiene los genes sexuales XX (sin rastro del gen masculino Y) y la cruzamos consigo misma tendremos el siguiente diagrama de cruce:

    XX x XX =

    / | | \

    XX XX XX XX

    Como todos los genes de sexo son X, todas las combinaciones resultantes son XX, es decir, hembras puras. Con este proceso eliminamos el gen masculino Y de las semillas.

    ¿Cómo conseguimos cruzar una hembra pura consigo misma? Para hacerlo necesitamos que produzca polen con el que poder fecundar las flores. Sin embargo, como es una hembra pura y no saca flores macho aunque la estresemos, necesitaremos técnicas más poderosas para forzar la aparición de flores machos.

    Existen varias técnicas para hacerlo. Una de las primeras de las que se habló fue la aplicación de colchicina, un producto muy tóxico que permanecía en la planta sin eliminarse y con el que era peligroso trabajar. También se puede hacer con productos químicos, Dutch Passion usa un producto químico en lugar de hormonas, no explican cual pero dicen que es simple, algo así como una disolución de sales.

    El método

    El sistema que parece más seguro es usando un producto llamado ácido giberélico. Este producto se pulveriza sobre la planta y provoca la aparición de flores macho en nuestra hembra pura. Al parecer es importantísimo aplicar el ácido giberélico en la cantidad exacta, y cada planta puede necesitar una concentración diferente, que puede variar en pocos decimales. Robert Connel Clarke dice en Marijuana Botany que se pulverice una disolución de ácido giberélico de 100 ppm sobre las plantas durante cinco días consecutivos. Otras fuentes aconsejan disolver 0,02 gramos (20 miligramos) de ácido giberélico en 30 mililitros de agua. Cees (también llamado Mr. XX) es el criador de No Mercy Supply la única compañía de semillas además de Dutch Passion que ofrecia semillas hembras. Este cultivador explica que es muy difícil disolver el ácido giberélico por lo que aconseja añadir dos gotas de Natruim Hydroxide para licuar el ácido giberélico. Mr. XX no quiere explicar con detalle cómo preparar la solución de ácido giberélico pero cuenta que le llevó más de diez años de trabajo dar con el producto y la dosis exacta. Sí cuenta que la cantidad de ácido giberélico por litro tiene tres decimales y que hay que ser muy exacto para que todo vaya bien.

    Ventajas y desventajas

    Las semillas hembras son muy interesantes entre otras cosas para cultivo de guerrilla, pero claro, siempre y cuando la fiabilidad sea cierta, es decir, siempre que todas salgan hembras en cualquier condición de cultivo. El problema es que algunos cultivadores se han encontrado con algunas hermafroditas entre sus plantas.

    Hace un tiempo, Dutch Passion explicó que para lograr que todas sus semillas feminizadas dieran lugar a plantas hembras había que controlar con atención las condiciones de cultivo (ver Cáñamo 31, página 56).

    Según Dutch Passion hay cinco factores que influyen en el sexo de las plantas. Los tres factores que se pueden alterar fácilmente para conseguir más hembras son: subir la cantidad de nitrógeno y bajar la de potasio, aumentar la humedad, subir ligeramente la temperatura y asegurarse que hay al menos cuarenta centímetros entre las plantas. Además de estos elementos hay otros dos que no se pueden variar con tanta facilidad: la luz con espectro azul aumenta la proporción de hembras, al igual que los días cortos producen más hembras que los largos. Estos factores se deben alterar, según las investigaciones realizadas por Dutch Passion, durante las dos semanas siguientes a la aparición del tercer par de hojas (sin contar los cotiledones). Después de estas dos semanas retornamos a las condiciones normales de cultivo.

    Un gran mito
    He oído a más de un cultivador contar que para hacer semillas hembras sólo hay que dejar que un hermafrodita se polinice a sí mismo. Esto es un gran error. Una cosa es que para producir semillas hembras forcemos a una planta a convertirse en hermafrodita y otra muy distinta es que las semillas de una hermafrodita sean hembras. Las plantas que son hermafroditas de forma natural, tienen uno o varios genes responsables del hermafroditismo. Lo más probable es que la gran mayoría de las semillas que salgan den lugar a plantas hermafroditas lo que resulta un gran desastre para el cultivador. Las semillas de hermafroditas no sirven para nada y dan muchos problemas.
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